viernes, 15 de mayo de 2009

Convaleciente y aburrido

Bueno, pues va a resultar que ya no me entretengo en casa como antes. Hubo un tiempo en el que yo deseaba que hubiese factores adversos para poder quedarme en casa y disfrutar, pero ya no. Realmente, estoy deseando salir y decir: ¡Hola mundo!.
Después de pasar un par de días en el hospital, cosa que no le deseo a nadie, o a casi nadie.
Total, que en la habitación del hospital, me tocó de compañero a un hombre de unos 70 años, que no podía leventarse de la cama. Su rutina, en los días que compartimos, era elevar la cama hospitalaria, y quedarse sentado mirando hacia abajo. Llegaba su mujer, y hacia lo mismo, se sentaba, ella en la silla, y se quedaba mirando hacia abajo. Yo siempre me he preguntado que sería de mi, en el caso de que esté vivo, con 70 años, sobre todo después de una conversación con Jon Zabal, en la que finalizó diciendo: "Yo no me veo haciendo esto con 50". ¿Seré yo así? ¿Dentro de 30 años, me quedaré en la cama mirando hacia abajo, sin hacer ni decir nada? ¿No oiré música, ni leeré libros, ni hablaré de magia con mis amigos, ni haré fotos, ni cocinaré para mis amigos y mi familia, no cotillearé del prójimo, no me quejaré, ni protestaré, no me reiré, no maldeciré ni juraré, no miraré los escotes, no me interesaré por nada? Bueno, creo que este blog se está saliendo de madre. Pero las circustancias me llevan a hablar de estas cosas. Por cierto, hablando de Jon Zabal, el otro día comentábamos que el futuro de la magia está en el mentalismo. Y creo que ya es un hecho, no hay vuelta atrás. La magia nos la hemos cargado nosotros mismos. Hemos hecho de ella, un pasatiempos para tontos. A lo mejor nosotros, en las reuniones de magos nos lo pasamos bien, pero realmente el público, nos ve como los titiriteros de turno. En la siguiente entrada, publicaré la lista de los culpables de que la magia esté degradada. Un saludo.

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