Las comparaciones son odiosas

Es inevitable, en esta vida, realizar comparaciones con unos u otros aspectos de la misma. Yo muchas veces me he planteado, como aficionado a la magia, compararla con otras actividades. Dicen que la magia es la reina de las artes, al menos eso decía el bueno de Florensa. Un poco exagerado creo yo. Que si a la música, que si a la pintura, que si a la jardinería... bueno esto último es de Ascanio, aquello del jardinero que se pasa la vida dando retoques, cortando ramitas aquí y allá... cursi. O bien, para algunos. más que un arte es una operación financiera de alto calado. Hoy leyendo un articulo en una de mis paginas favoritas, una de esas que consulto a diario, creo que he podido hacer una comparación bastante acertada. La cocina. Yo, como friki, soy también muy aficionado a la cocina. Me encanta cocinar, me gusta mucho que venga gente a comer a mi casa. Si voy a comer a casa de alguien, me gusta ayudar en la cocina, interesarme por lo que hace, por como lo hace, charlar. Ahora bien, la gastronomía nos ofrece un sin fin de posibilidades gastronómicas, a disposición de quien quiera explorarlas. Unas estarán bien, otras no tanto, pero todas aportan una experiencia intensa. Tenemos todo tipo de platos, podemos especializarnos en una rama concreta, sin descuidar las demás. (Que bien me salen las croquetas). Tenemos los platos clásicos, solemnes, que son capaces de emocionarnos, quien no se quita el sombrero ante un marmitako de verano, con el bonito jugoso, y las patatas en su punto, o un arroz con bacalao, o unas alubias, o un cocido maragato, o una paella, o unos txipirones, o una humilde sopa de ajo, o un hervido valenciano, o una merluza con ajada gallega, o unas chuletillas al sarmiento... bueno que me emociono. Pero también disfrutamos, con la cocina mini (los pintxos de Bilbao), con la nueva cocina (huevo grafit del Arzak), con la comida internacional (el cous cous, el pato lacado, el codillo con chucrut, el bacalao a la portuguesa, el arroz con curry), con los bocadillos (por favor, probar el de sopa de ajo de la taberna de los mundos, si es que aún lo preparan) y tantas y tantas viandas que corren a sus anchas en las mesas de aquellos que disfrutamos comiendo. Por que, comer es eso, compartir un plato, un vaso de vino, un café, un txupito, un habano. Hablar, disfrutar emocionar el paladar y el alma con la gozada que supone. Eso si, también hay bazofias, como la comida industrial, la preparada, la del ¿Que cojones es esto...?, hecha con el mismo cariño que las cajas de magia. Y de esto mismo no me he olvidado, de la magia. Traslademos, esto que he contado, al plano de la magia. Todos los juegos de magia, aportan una experiencia intensa, si se pone el alma en ellos. Tenemos los juegos clásicos, solemnes, que nunca pasan de moda, (el triunfo, las cartas a través de la manga, el movimiento lento de 4 ases, los cubiletes, los aros, la manipulación de cartas, la cuerda rota). Podemos especializarnos en una rama concreta (los dados, los cubiletes) sin descuidar las demás, tenemos la magia mini rápida, precisa, de corrillo en corrillo, y tenemos la magia de los estilos japoneses, alemanes, Yankees. Y por supuesto la magia que viene, ese nuevo mentalismo que asoma, esas monedas hechas en vertical, etc, etc. Y también a la par, las bazofias, los juegos malos, malos, horteras, que no dicen nada. Por que al igual que la gastronomía la magia es compartir, comunicarse, es el placer de hacer que nos emocionemos. Si no, nada tendría sentido, por muchas comparaciones que hagamos. Esta entrada, si que es friki. Tengo un terrible dolor de muelas, y creo que la medicación, aparte de hacerme ver a la gente más fea, me está trastocando las, como diría mi madre, meninges.

El enlace que ha desencadenado todo esto.

http://www.directoalpaladar.com/recetas-de-sopas-y-cremas/sopa-de-ajo-con-jamon-de-guijuelo-receta