sábado, 18 de abril de 2009

Vuelta

Después de unos cuantos meses sin aparecer, por la reunión, llevo ya un par de días asistiendo. Se me había olvidado ese ambientillo de frikis que se respira en el ambiente. Ahora después del tiempo, el circulo se ha completado con la inclusión de los nuevos "gestores" del bar. Ahora si que cumple todas las condiciones para poder ir, hablar y luego pasar un rato con los amigos, que es de lo que se trata. A pesar de que hay una serie de personajes, entrañables, que siempre están allí; Mago Taylor, Felipe y tal, el elenco de freaks, que seguimos allí se renueva en cada generación. Por que será, que existen unos roles que se mantienen año tras año? Observando a muchos de los que habitan en la reunión, me vienen a la memoria recuerdos imborrables de cuando empecé.

El raro: No tiene nombre, poco sociable, encaja en el perfil típico de psicópata asesino. Te los puedes encontrar un día en los titulares del periódico, en una noticia del tipo: “Mata a 12 personas y después se suicida”. Tiene careto para ello.

El esponja: Lo ve todo, lo sabe todo, no pregunta nada, no le hace falta, tiene todos los videos, libros, notas de conferencias, etc. Si no las tiene le da igual, por que seguro que otro de sus conjéneres se los prestará-pirateará. Tiene el don de la irresponsabilidad, creyendose en la cumbre de la manipulación y echando a perder la esencia. Eso si, lanza cartas como nadie. Si no llega a ser por que era la 1 de la mañana, se hubiese tragado las cartas.

El callado: No habla mucho, no se si por respeto o por desprecio. Tiene mucha afición y lo demuestra continuamente, y si le pides que te haga un juego, lo destrozas, no se recuperará jamás de eso.

El enrollao. Conoce a todos, es supersimpático, y super enrrollao. Como tiene supercontactos, pues consigue superchollos a precios superbaratos, por que sus superamigos, se lo hacen superbarato. Es superabierto y supermajo, y su estado superintegrado, oculta algún pasaje oscuro de su vida. (desfalco Fiscal, maltrato psicológico, o algo peor)

En fin, es increíble como año tras año, las situaciones se repiten, hasta que, bien pasas a un estado medianamente normal, o bien desapareces de la sociedad para siempre.

A lo que vamos, ayer en la cena, hablábamos sobre lo imposible y lo improbable, todo a raíz de un juego de mierda, pero con un concepto increíble. El gran Dakari, ofrecia una serie de interpretaciones, que me han dado que pensar todita la noche (la parte que he estado despierto claro).
Buscando Buscando he encontrado un fragmento de un juego del libro de Pit Harling, el juego se llama Inolvidable. Está en la página 80 del libro y lo transcribo:

Antes de describir la rutina me gustaría comentar algo sobre la forma en que la presento y el porqué. Cuando empecé a rodarla, mostraba "Inolvidable" como si se tratase de una fantástica demostración de memoria. Como resultaba tan convincente, la gente al final quedaba impresionada por mi "memoria fotográfica", pero al cabo de unas cuantas actuaciones me di cuenta de que algo no funcionaba.

Para mí, la magia es el arte de producir la sensación de lo imposible y creo que para
conseguirlo una rutina debe cumplir algunas condiciones:
  1. Debe engañar absolutamente.
  2. No debe considerarse algo real.
Contempla la siguiente ilusión óptica.




Aunque sabemos que las líneas son paralelas, las vemos distorsionadas.
Para que la ilusión surta efecto, tienen que cumplirse las dos condiciones que he mencionado: las líneas deben parecemos distorsionadas (o sea: la ilusión tiene que engañarnos) y tenemos que saber que en realidad son paralelas (es decir, que no pensemos que lo que vemos es real).
Date cuenta de que si viésemos esta imagen y pensásemos que las líneas están realmente distorsionadas estaríamos siendo engañados, pero como no lo sabríamos no experimentaríamos la fascinación que de otro modo la ilusión es capaz de producir.
Pienso que lo mismo ocurre en la magia: cuando un juego se presenta mal y el método salta a la vista, los espectadores no sienten magia. De la misma manera, si los espectadores creen que el fenómeno que les mostramos es auténtico, puede que queden impresionados y fascinadísimos, pero no experimentarán la sensación de lo imposible.
Para mí, los efectos no mágicos pueden tener cabida en el repertorio de un mago. Al fin y al cabo, dejar a los espectadores "impresionados y fascinadísimos", como dije antes, no es algo tan malo. Sin embargo, yo no quería que esta rutina en particular fuese considerada como una mera demostración de memoria, y por eso le agregué la premisa -un tanto en broma, es verdad-de que el zumo de naranja me afectaba al cerebro. Desde que hace un par de años comencé a presentar "Inolvidable" de esta manera, pocas personas siguen creyendo que el efecto sea cuestión de auténtica memoria; pero al mismo tiempo, ¡ésa parece ser la única explicación posible!

Esto es lo que opina un crack como Pit. Seguro que Luis Panizo tiene otra opinión, pero en esa, entraremos en otra ocasión.

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